Por: María Elena Garassini
Psicólogo. Miembro fundadora de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva
Cuando hablamos de la percepción actual de la sociedad sobre la educación, recogemos sentimientos y percepciones encontradas y diversas, que bien podrían señalarse como complementarias o contradictorias, pero ciertamente, después de la problemática de salud pública por el COVID-19 y sus impactos en la rutina diaria y la economía a nivel mundial, somos los siguientes protagonistas en la película actual de nuestra vida, la vida de todo el planeta.
Encontramos una alta valoración del rol de maestros y profesores a todos los niveles en su trabajo diario y al mismo tiempo un debate permanente sobre la efectividad y la calidad de las diferentes modalidades de la educación virtual, a distancia, asistida por la tecnología, y un sinfín de denominaciones en los diferentes niveles.
También ha sido figura, el rol de los padres en la educación y su apoyo en este momento de confinamiento con sus hijos en casa. El análisis de lo que está sucediendo en la educación y las percepciones sobre el mismo es un suceso en desarrollo que bien merece tomarle el puso sistemáticamente para recoger la diversidad de diagnósticos, acciones y testimonios de todos los actores involucrados.
5 desafíos para los profesores e instituciones, padres, familiares y cuidadores:
1.- Analizar su propia realidad personal e institucional frente a los retos que sus características personales, familiares e institucionales les demandan para un buen funcionamiento en tiempos de confinamiento (salud, experiencia personal con la formación a distancia o remota, propiedad y manejo de dispositivos electrónicos, formación en estrategias didácticas del aprendizaje remoto, presencia y calidad del internet, dinámica familiar, dinámica en su urbanización o barrio, decisiones y apoyos institucionales, dinámica laboral dentro de la institución).
2.- Capacitarse en las diferentes modalidades de apoyo remoto para la formación de alumnos en los diferentes niveles educativos. En casa, los padres deben crear una rutina, distribución de los espacios y materiales de trabajo donde haya un equilibrio entre el desarrollo de la autonomía y el apoyo a los hijos niños o adolescentes.
3.- Mantener un vínculo afectivo con los estudiantes y de los estudiantes entre ellos. Las familias deben procurar un vínculo afectivo con sus hijos, cuidando mucho las actividades de los fines de semana y el espacio de tiempo libre en la semana.
4.- Crear y mantener una bidireccional, asertiva y oportuna comunicación entre familias e instituciones.
5.- Mantener un proceso permanente de evaluación de todo el proceso de formación con los diferentes actores del mundo educativo: alumnos, padres, directivos y comunidad en general. En casa este proceso de evaluación debe contemplar la revisión de todo lo acordado: rutinas, espacios, comunicación, responsables, entre otros.